La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es una herramienta de gestión empresarial para las organizaciones, especialmente en épocas donde la importancia de la marca y la reputación juegan un papel importante en su funcionamiento, como en periodos de recesión económica. En los últimos años, la crisis económica ha creado un entorno empresarial volátil, en el que el riesgo empresarial es grande y la imagen de cada empresa se ve influida por la percepción de sus grupos de interés. Se espera que las organizaciones, a la vez que intentan aumentar su rentabilidad, reduzcan o incluso eliminen sus actividades de RSE; sin embargo, muchas de ellas intentan utilizar estos efectos en su beneficio y reducir sus riesgos empresariales.
Un factor importante en la toma de decisiones de las empresas son sus clientes, los consumidores como miembros de la sociedad. Las empresas que han utilizado la RSE como un mero "truco" promocional han perdido la confianza de sus consumidores y, además, han creado una corriente de consumidores frustrados y desconfiados, incapaces de confiar en las empresas y en los productos que ofrecen. La única herramienta fiable que tiene el potencial de mejorar o recuperar la confianza perdida de los consumidores es el esfuerzo de la empresa hacia la sociedad a través de actividades e iniciativas de RSE. La cuestión que se plantea es si la RSE debe tratarse como un coste adicional para las empresas o como una inversión con resultados mensurables, un antídoto contra la recesión económica.
¿Por qué las empresas deberían invertir en actividades de RSE? En pocas palabras, a través de la RSE las empresas tienen la oportunidad de:
- Reducir costes y riesgos
- Ganar ventaja competitiva
- Creación de reputación corporativa y legitimidad
- Encontrar asociaciones rentables mediante relaciones que generen valor
- Promover la innovación fuera y dentro de la empresa
- Aumentar la responsabilidad y la transparencia en la participación de las partes interesadas
Además, la crisis económica ha puesto de manifiesto la importancia de tomar decisiones eficaces a largo plazo para gestionar el riesgo. Por lo tanto, la RSE como estrategia a largo plazo puede desempeñar un papel importante en la gestión del riesgo en este periodo de recesión. Además, las acciones de RSE pueden llevarse a cabo incluso con presupuestos reducidos, ya que su aplicación puede crear oportunidades de reducción, por ejemplo, de los costes energéticos y de papelería, en lugar de generar costes.
Hay numerosos ejemplos de empresas que han mejorado sus resultados medioambientales y económicos aplicando la RSE. Desde Nike a Boots, pasando por grandes superficies como Tesco y Sainsbury's o pequeñas empresas, están invirtiendo en numerosas acciones de RSE, desde las meramente medioambientales (energías renovables, huella de carbono) a las sociales (recaudación de fondos, voluntariado de empleados), con efectos positivos en sus resultados económicos.
Un ejemplo significativo de ver la RSE como inversión es Sainsbury's, que ha instalado 69.500 nuevos paneles solares fotovoltaicos, o 16 MW de potencia, en 169 tiendas del Reino Unido. La energía solar reducirá las emisiones totales de CO2 en unas 6.800 toneladas al año y el consumo energético de cada tienda, además de ahorrar costes energéticos.
Por último, la RSE parece ser una poderosa herramienta para mejorar la estrategia empresarial y crear innovación en este periodo de crisis económica. Por estas razones, puede considerarse una oportunidad para el desarrollo económico y empresarial a largo plazo.