Cuando imaginamos el futuro, solemos hacerlo a través del prisma de nuestras circunstancias actuales. Sin embargo, esto no es necesariamente exacto. Tomemos como ejemplo las baterías de iones de litio y los vehículos eléctricos. Si bien es cierto que ahora mismo las baterías que se utilizan en estos coches tienen elementos de origen deficiente y tienden a ser de corta duración, la narrativa de esto puede resultar diferente en el futuro. Las soluciones que tenemos ahora no son necesariamente las que tendremos en el futuro. Como es probable que la producción de coches eléctricos se dispare en la próxima década, la innovación generará soluciones innovadoras para la cadena de suministro de baterías. El ser humano no deja de perfeccionar nuevas ideas.
Así que la pregunta sigue siendo: ¿cómo se conseguirá esto? El problema actual de la producción de baterías de iones de litio es la abundancia y extracción de tierras. Estas baterías no sólo necesitan litio, sino también cobalto y níquel. Todos estos elementos deben extraerse, lo que tiene efectos devastadores en las comunidades locales y el medio ambiente.
Aunque se sigue investigando, la ciencia no avanza lo suficientemente rápido como para crear una batería que no necesite estos elementos. Sin embargo, eso no significa necesariamente que sigamos en el camino de la extracción completa. Ha aparecido una nueva forma de obtener estos elementos. Se llama minería urbana, que es esencialmente una palabra elegante para reciclar. Hasta hace poco, el litio no se reciclaba. En todo el mundo han surgido múltiples empresas que recuperan y reutilizan el litio y otros materiales de las baterías, y Li-Cycleuna empresa con sede en Canadá, es una de ellas.
En 2021 se reciclaban aproximadamente 10.000 toneladas de baterías de iones de litio al año, lo que equivale a entre 20.000 y 30.000 baterías de vehículos eléctricos, por ponerlo en perspectiva. Esto podría aumentar potencialmente a cientos de miles de toneladas en los próximos cuatro años. El sector avanza rápido. Teniendo en cuenta la nueva legislación y normativas, como la Ley de Reducción de la Inflación, en la próxima década se producirán millones de vehículos eléctricos. Todos estos coches necesitarán que se sustituyan y reciclen sus baterías. Teniendo esto en cuenta, depender de la minería a largo plazo para obtener estos elementos no es sostenible. Tenemos que ser capaces de mantener el litio, el cobalto y el níquel en la cadena de suministro de forma circular para disminuir la cantidad necesaria procedente de la minería.
El proceso de reciclaje de Li-Cycle (que permite una eficiencia de recuperación de materiales de 95%) funciona así: se llenan enormes bidones con baterías de coches, camiones, autobuses, objetos personales y dispositivos, e incluso desechos de los fabricantes de baterías. Estas baterías pasan por una cinta transportadora a una trituradora que separa los distintos elementos de la batería. Este proceso de "radios y cubos" produce una masa negra (metales importantes como el litio, el cobalto y el níquel) que se traslada a otra instalación o cubo. Allí se utiliza la hidrometalurgia, que permite recuperar productos químicos de gran pureza para las pilas. Este proceso no genera residuos sólidos, no impacta en la atmósfera y tiene una carga medioambiental global menor que los procesos de reciclaje tradicionales.
A medida que más vehículos eléctricos salgan a la carretera, habrá una cantidad cada vez mayor de materiales que reciclar en las próximas décadas. Aunque es más barato reciclar estos materiales que extraerlos, tendrán que coexistir durante un tiempo para seguir el ritmo de la creciente demanda.
Si le interesa saber más sobre Economía circular y Estrategias de reducción del carbono, La Academia de Sostenibilidad ofrece cursos certificados en línea especialmente diseñados para profesionales que desean adquirir de forma práctica todas las herramientas más recientes, el desarrollo legislativo y un conocimiento único.