Aunque los consumidores de hoy en día exigen productos naturales, en el caso de los perfumes, los sintéticos podrían ser la opción más ecológica.
En una selva costera del norte de Madagascar, la bióloga Fanny Rakotoarivelo coloca una burbuja de plástico sobre una rama de flores de papaya. En su interior, las corrientes de aire recorren las flores, succionando los aceites esenciales. El aire perfumado que queda se canaliza en otra bolsa, que Rakotoarivelo coloca dentro de un maletín metálico. Se transportará por avión y se entregará en la sede alemana de Symrise, la segunda mayor empresa de aromas y fragancias del mundo, donde los científicos intentarán recrear el aroma.
El mecanismo que utiliza Rakotoarivelo se llama, de forma bastante poética, headspace. Durante los últimos treinta años, ha permitido a los científicos recrear la naturaleza en una botella, a menudo de forma mucho más respetuosa con el medio ambiente que aprovechando el auténticosegún un estudio de 2013 de la organización conservacionista ETC Group.
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de Desarrollo sostenible | The Guardian
vía https://www.theguardian.com/sustainable-business/2016/may/23/perfume-synthetic-sustainability-vanilla-madagascar