La región francesa de Champaña es mundialmente conocida. La zona lleva casi dos décadas trabajando en prácticas medioambientales y de sostenibilidad. De hecho, la industria del champán va camino de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en una cuarta parte para el año 2020. Además, ya hay planes en marcha para conseguir una reducción de 75% de aquí a 2050.
Comité Champagne de Lucha contra el Cambio Climático
Para los viticultores, la sostenibilidad es una cuestión de necesidad. Los más pequeños cambios en el suelo o el sol pueden amenazar con arruinar la cosecha de un año. El futuro de una industria tan rentable depende de una adaptación eficaz a un clima cambiante.
Creado en 1941, el Comité Champagne representa a todos los viticultores y productores de champán. Los viticultores y las casas de champán han adquirido conocimientos sobre el cambio climático y han desarrollado medidas ambiciosas para hacerle frente.
Según el director de comunicación, Thibaut Le Mailloux, "los escépticos del clima escasean en la región, porque hace 15 años no teníamos uvas suficientemente maduras para producir un champán muy aromático, y hoy en día a veces somos capaces de alcanzar los 11,5 grados de alcohol potencial".
Los efectos medioambientales son evidentes en la región de Champaña
El cambio climático ya ha afectado a las 109.000 hectáreas de viñedos de Champaña. La fecha de vendimia en la región se ha adelantado dos semanas con respecto a hace 20 años. Esto significa que las vides brotan antes y las uvas son más vulnerables, lo que puede acabar con el fruto.
También los cambios climáticos están teniendo un impacto directo en las uvas, que maduran más rápido con temperaturas cálidas. Aunque la maduración temprana ha facilitado en cierto modo la vida a los viticultores, el reto consiste en intentar mantener los niveles tradicionales del champán a medida que cambian el clima y el entorno.
"El objetivo clave es que el champán siga siendo como es a largo plazo, a pesar del cambio climático", afirma Le Mailloux. Aunque se toma muy en serio el patrimonio del champán, para él el medio ambiente es aún más importante:
"Si vamos más allá de un aumento de temperatura de 2,5C, tememos menos por nuestra producción de champán que por la humanidad y algunos países que desaparecen bajo el agua o cosas así. Eso es más grave que el vino".