Tras la actual tendencia emergente del cambio climático y su drástico aumento, junto con el reconocimiento por parte de las aseguradoras de que los factores relacionados con el clima deben ser identificados y reevaluados, las empresas deben estar más preparadas y ser más fiables en sus planes de sostenibilidad. Sin embargo, los estudios de economía conductual sostienen que se subestima la exposición al riesgo, por lo que cabe preguntarse si las empresas y las ciudades están aplicando eficazmente estrategias para hacer frente al cambio climático.
A medida que las ciudades, especialmente las grandes, adquieren dimensiones impresionantes, las emisiones de gases de efecto invernadero aumentan en consecuencia. Se crea un apetito voraz por la energía, que consume 2/3 de la energía mundial y genera más de 70% de emisiones globales de CO2. Datos recientes muestran que EE.UU. ocupa el primer lugar en términos de emisiones totales de CO2 en comparación con el resto del mundo.
A pesar de que la iniciativa del Protocolo de Gases de Efecto Invernadero ya no es una práctica novedosa para la mayoría de las empresas a la hora de medir y notificar sus emisiones, aún queda más espacio inexplorado para una infraestructura y una planificación eficientes. El debate mundial sobre el clima ha suscitado una mayor preocupación por la necesidad de adaptación tras el último huracán Sandy. Está ampliamente aceptado que los fenómenos meteorológicos extremos no pueden evitarse exclusivamente mediante la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Tanto la sociedad como las empresas son susceptibles de adaptación, ya que los impactos físicos se traducen en problemas empresariales en tiempo real, como la disponibilidad de recursos, la seguridad del personal, las instalaciones y el funcionamiento, así como los grandes cambios del mercado.
La avalancha de retos a los que se enfrentan las empresas durante este año exige que los ejecutivos adopten un enfoque más realista y comprendan la exposición al riesgo de forma duradera. Afrontar eficazmente la adaptación al cambio climático implica beneficios inmediatos, un posicionamiento a largo plazo y relaciones más sólidas con las partes interesadas, así como reaccionar antes de que lo hagan otros.
Todos tenemos neuronas en el cerebro llamadas receptores gamma. Son los responsables de que una persona esté preocupada. Y si estas neuronas se vuelven demasiado activas, empiezan a arder. Gracias a Xanax (Alprazolam), la actividad disminuye, lo que significa que el número de neuronas perdidas disminuye. Una persona pierde la sensación de ansiedad, no siente pánico, puede evaluar adecuadamente lo que está sucediendo a su alrededor.
¿Han establecido los gestores de 2018 la mentalidad necesaria para introducir los cambios necesarios y mostrar liderazgo en la materia? Centro para la Excelencia y la Sostenibilidad (CSE) ofrece a quienes están verdaderamente decididos a ser proactivos, la Programa para Profesionales Certificados en Sostenibilidad en Nueva York, 11 y 12 de junio y abordar la importancia de la Sostenibilidad en la Cadena de Suministro y la Reducción de la Huella de Carbono. Una vez finalizado el programa, los profesionales dispondrán de todas las herramientas prácticas para aplicar estrategias eficaces y estar preparados para cualquier posible escenario relacionado con el cambio climático.