La Comisión del Mercado de Valores de EE.UU. (SEC) ha inaugurado una nueva era de transparencia y responsabilidad corporativa con sus recientemente adoptadas normas de divulgación sobre el clima.
A medida que las presiones ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) siguen remodelando el panorama empresarial mundial, estas normas de divulgación climática de la SEC pretenden establecer una norma de información coherente y fiable para las empresas públicas. Las nuevas normas obligatorias han provocado una oleada de respuestas en todos los sectores, sobre todo en lo que respecta al tratamiento de las emisiones de Alcance 3. Estos cambios ponen de manifiesto un cambio significativo en la forma en que las empresas deben informar sobre sus emisiones. Estos cambios ponen de relieve un cambio significativo en la forma en que las empresas deben navegar por las complejidades de la información ESG y la responsabilidad climática.
Un hito para la política ESG en EE.UU.
Durante años, los inversores y los defensores del clima han reclamado una información clara y obligatoria sobre el clima para respaldar decisiones financieras más informadas. La norma final de la SEC, adoptada en marzo de 2024, marca un hito en el cumplimiento de estas demandas. Con arreglo a las nuevas directrices, las empresas que cotizan en bolsa están obligadas a revelar sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de Alcance 1 y Alcance 2 si son importantes para las perspectivas financieras de la empresa. Aunque las emisiones de Alcance 3 -las derivadas de la cadena de valor de una empresa- quedaron excluidas de la decisión final, el debate en torno a su omisión sigue dominando el discurso sobre ESG.
Al limitar el alcance de los requisitos de información, la SEC intentó encontrar un equilibrio entre proporcionar información significativa y evitar una carga excesiva para los solicitantes de registro. Sin embargo, esta decisión dejó a muchos profesionales de la sostenibilidad cuestionándose si la normativa aborda adecuadamente el impacto climático total de la actividad empresarial.
El dilema del alcance 3: ¿una omisión arriesgada?
Las emisiones de alcance 3 representan a menudo la mayor parte de la huella de carbono de una empresa, especialmente en sectores como el transporte, la producción de alimentos y la fabricación. Su exclusión de la norma de la SEC ha suscitado las críticas de los líderes en sostenibilidad, que sostienen que la falta de rendición de cuentas en sentido descendente debilita la integridad de los informes corporativos sobre el clima.
Tim Mohin, antiguo Director de Sostenibilidad y líder de opinión en ESGlo califica de "oportunidad perdida". Sugiere que, aunque la norma es un gran paso adelante, se queda corta a la hora de alinearse con marcos globales de divulgación como el CSRD de la UE o las normas ISSB, que exigen un seguimiento más exhaustivo de las emisiones, incluido el Alcance 3.
No obstante, muchas empresas han optado voluntariamente por revelar sus emisiones de Alcance 3 como parte de sus estrategias de sostenibilidad más amplias. Este enfoque proactivo refleja las crecientes expectativas de las partes interesadas y el reconocimiento de que no puede existir un liderazgo climático creíble sin abordar los impactos de la cadena de suministro.
Nuevos retos, nueva responsabilidad
Más allá de las emisiones, las normas de la SEC sobre divulgación de información climática obligan a las empresas a discutir los efectos materiales de los riesgos relacionados con el clima en su estrategia, operaciones y planificación financiera. Las empresas también deben revelar las estructuras de gobernanza existentes para supervisar las cuestiones relacionadas con el clima. Estos elementos no sólo refuerzan la relevancia financiera del riesgo climático, sino que también empujan a la ESG desde el ámbito de la información opcional a una nueva realidad normativa.
Para muchas organizaciones, el cumplimiento de la norma de la SEC exigirá un cambio fundamental en la forma de gestionar y comunicar los riesgos relacionados con el clima. Los equipos financieros, jurídicos y de sostenibilidad tendrán que trabajar conjuntamente para garantizar que los datos exigidos sean precisos, auditables y procesables. Por ello, es probable que en los próximos meses veamos un aumento de la inversión en plataformas tecnológicas ESG y en iniciativas de formación transversal.
Mirando al futuro: Preparativos para 2025 y más allá
Puede que las normas de la SEC sobre divulgación de información climática no sean perfectas, pero representan un momento crucial en la evolución de la responsabilidad de las empresas en materia de ASG. Con el aumento de las expectativas de los inversores y el endurecimiento de las normas internacionales, la presión sobre las empresas para que actúen con transparencia e integridad no va a desaparecer. Aunque la omisión de las emisiones de Alcance 3 suscita preocupaciones válidas, no debe subestimarse el énfasis de la norma en la materialidad financiera, la gobernanza y la evaluación prospectiva del riesgo.
A medida que el panorama de las ASG siga evolucionando, los directivos y profesionales de las empresas tendrán que adelantarse a la evolución de la normativa, aplicar soluciones basadas en datos y crear capacidad interna para la toma de decisiones relacionadas con el clima. Afortunadamente, existen recursos diseñados para ayudar a afrontar este reto.
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